Siento tu calor como el primer día, cuando tus labios rozaron los míos.
Ahogados en abrazos pasamos la noche, rindiéndonos a un amor inocente y puro, tanto que me sentí como un niño, pero a la vez, tan adulto...
No importa cuanto tiempo haya transcurrido, ya que te amo con todas mis fuerzas, igual que aquella vez.